jueves, 5 de noviembre de 2015

"Receteros" y "Corta cupones"

Los mal llamados "receteros" y "corta cupones", sí, mal llamados porque aunque hay profesionales que se han ganado a pulso estos motes, los hay que sienten verdadera vocación por su profesión y médico y farmacéutico de familia forman la parte más importante del día a día del paciente.





Los especialistas, te ven una vez cada 3 o 6 meses, si tienes una mutua, puede que más frecuentemente, pero los médicos y farmacéuticos de familia pueden verte cada semana o incluso cada día. Sí, hay pacientes que van cada día a la farmacia, al igual que antes había ancianos que iban a pasar la tarde al ambulatorio más próximo. Salen, le cuentan las penas a alguien, en muchas ocasiones están más solos que la una, y el médico de familia y el farmacéutico de familia o comunitario, son los pilares fundamentales, uno con cita previa el otro con horario comercial y dependiendo del trabajo que haya. Si los psicólogos estuvieran haciendo su trabajo y no sembrando el mal y la desgracia en RRHH, quizás ellos también aparecerían en este post. Que no se me enfaden ni las enfermeras, ni los fisioterapeutas, ni los nutricionistas, ni los biomédicos.... ¡Es que a ellos todavía no les han puesto mote!

La verdadera trinchera de la sanidad se encuentra en la oficina de farmacia y en los centros de atención primaria y, aunque parezca mentira, uno de los principales trabajos de un buen farmacéutico es pelearse con el paciente para que no se automedique y vaya al médico. Uno de los principales problemas en la oficina de farmacia ha sido que los empleados no van identificados, dándose lugar al equívoco y al intrusismo profesional, en muchas ocasiones uno no sabe si lo atiende un dependiente sin formación alguna, un auxiliar de farmacia, un farmacéutico o un doctor en farmacia. Obviamente los profesionales saben distinguir pero la gente de a pie no. Todo el mundo en la farmacia debe estar identificado con su posición, desconfiad de la farmacia que no haga esto, porque significa que te dan gato por liebre: que dejan al auxiliar al cargo de la farmacia. Estos titulares (propietarios de farmacia que van por licencia igual que los estancos y los taxis) se merecerían la pérdida de la licencia de farmacia pero bueno... Que nos vamos por las ramas. Un farmacéutico siempre debe ir identificado con la placa obtenida en el colegio de farmacéuticos de su provincia donde aparece si es licenciado o doctor, su nombre y apellidos y el número de colegiado. Bien, pues ahí tenemos al paciente peleando por conseguir "X" medicación sin receta y al farmacéutico intentando inculcar algo de sensatez para que vaya al médico. ¿"Corta cupones"? En más de una ocasión el paciente que quería tomarse algo por su cuenta e ir a trabajar, vuelve con antibiótico, inhaladores y una baja de 15 días tras ser derivado a un hospital para una placa.

En el centro de atención primaria tenemos al médico de familia aguantando que los pacientes lo usen de secretario para que les haga recetas. El cómo los pacientes consiguen la medicación sin receta antes de ir al médico es algo muy sencillo, se lo dan en la farmacia, sólo que haya una farmacia que haga eso de forma rutinaria, ya la tenemos liada. No nos referimos a pacientes que han ido al especialista y necesitan iniciar un tratamiento antes de que le den visita para el médico de cabecera a que le haga la receta, cosa que me parece absurda, ocupar una hora de visita cuando en realidad es un puro trámite burocrático y así tenemos a los médicos, haciendo de secretarios en vez de médicos y luego cuando tienen que atender a un paciente sólo tienen 2 minutos, acaban desmotivados y sin ganas de seguir ejerciendo aunque peor estarían en el mostrador de la farmacia, porque aquello es la primera línea de la batalla y el ambulatorio.... queda un pelín más atrás. El paciente suele mostrar poco respeto por el farmacéutico, pero esto es un arma de doble filo, porque al no tener ningún tipo de respeto sueltan todas las verdades, algunas de un valor clínico muy importante. Ejemplo:

Va el señor de turno a la farmacia con una receta (prescripción) de un antihipertensivo de 80 mg, el farmacéutico la dispensa después de hacerle unas cuántas preguntas. El mismo señor vuelve a las dos semanas con una caja de 160 mg, el farmacéutico le ofrece a que se controle la tensión arterial en la farmacia (algunas no cobran, otras la voluntad y otras cobran hasta 1 o 2 euros) pero al paciente no parece importarle mucho que le hayan doblado la dosis. Llega al cabo de unas semanas con una caja de 320 mg y el paciente finalmente confiesa sin tapujos cuándo el farmacéutico no puede creer que con esa medicación no le haya bajado la tensión.

"Pero... ¿No le ha bajado la tensión?"

"No, no me baja."

"¿Se está tomando la medicación?"

"No, no me fío del médico y las dejo en la mesita de noche"

#SITUACIÓN REAL# que nunca se daría si tuvieran algo de respeto en la farmacia, porque el respeto es lo que hace a la gente comportarse y muchas veces mentir, no se atreven a decirle al médico a la cara que no se fían, al igual que tampoco se atreven a preguntar cosas que no entienden.

Y en vez de formar un equipo entre médico de familia y farmacéutico comunitario, lo que hay es trabas burocráticas que impiden la creación de una historia clínica compartida, una plataforma de comunicación médico-farmacéutico. El poder de la prescripción es algo sobrevalorado, la burbuja creada por la industria médico-farmacéutica, no se trata de quién prescribe, se trata de qué es lo mejor para el paciente, de tener su enfermedad controlada, de aclarar las dudas, de evitar reingresos, amputaciones... En el hospital no hay ni una sola prescripción que no sea validada/corregida por el servicio de farmacia hospitalaria, pero como están en un sótano nadie suele enterarse de su existencia.

El día a día de un enfermo es la farmacia y el médico de familia, no hay nada excitante como en las series de urgencias, pero sí que hay que tener una paciencia titánica y un don de gentes que no todo el mundo tiene. Porque un especialista, de lo que sea, de medicina o de farmacia, puede saber mucho, pero luego resulta que si el paciente no ha entendido nada de su enfermedad ni tampoco sabe usar los medicamentos, se produce un fracaso terapéutico, porque son las cosas más sencillas, las que están tan poco valoradas, las que suelen marcar la diferencia.

Ejemplo: se le prescribe a un anciano, sin cuidador, con artrosis en las manos unas cápsulas de inhalación. No va a tardar ni tres días en ir a la farmacia o al médico de familia a explicar que se le caen las cápsulas al suelo, que le cuesta ponerlas en el dispositivo o que no tiene fuerza para cerrar el aparato (perfora la cápsula) y que no puede hacer las inhalaciones. Este será el mejor de los casos, el peor de los casos será el anciano que por vergüenza u orgullo, no reconocerá que no puede usar el dispositivo y lo dejará en el lugar por excelencia de la medicación no usada "la mesita de noche".

Por eso os pido, cada vez que vayáis a un ambulatorio o a una oficina de farmacia, recordad, hay unos profesionales que aguantan día tras día el peso de los enfermos, que ambos son personas que han cursado mínimo una carrera de las largas, que muchos además tendrán másters y formación complementaria y, algunos, hasta les habrán quedado fuerzas para defender una tesis y ganarse el título de doctor en medicina o doctor en farmacia. Y, que si con toda esa formación, quieren estar en atención primaria o en oficina de farmacia, es porque son vocacionales y su único interés es vuestra salud. 


miércoles, 4 de noviembre de 2015

Si uno gana dinero honradamente, no puede comprar un piso

Por supuesto, no hablamos de un piso o casita en una aldea o pueblo perdido, no, hablamos de comprar un piso en la urbe (Madrid, Barcelona...). "Nueva promoción, desde 600.000€" y puede ser un piso de 70 m^2. Vamos, un esperpento de escenario para las parejas jóvenes que consiguen trabajo fijo a 40h (que abunda mucho contrato fijo a jornada parcial) de menos de 30.000€/año. No, sé, creo que no hace falta ser un gran matemático para ver que las cifras salariales no encajan con las de la vivienda y, señores, el salario mencionado es el de una persona licenciada muy bien pagada porque, por desgracia, el mercado hoy en día se mueve en 18-25.000€/año, brutos por favor, no vaya alguien a pensarse que estamos comentando en neto. Para una pareja que hasta consiga reunir 4000 euros netos al mes, sé que muchos se echarán las manos pensando "...pero, ¡qué pareja gana ese dinero!...", pues las hay, pero hasta incluso para ellos es imposible acceder a una vivienda porque el banco pide el 30% en efectivo. Eso cuando el piso ofertado existe o se puede visitar, porque los precios se mantienen hasta en pisos ofrecidos en páginas web de bancos y el supuesto período de transparencia no existe, porque cuando un banco quiere venderle el piso a buen precio al hijo de un director o a un muy buen cliente en una zona decente, lo que hace es que durante el período de transparencia las llaves no existen por lo que todo el mundo que quiera visitar el inmueble no podrá hacerlo y... nada más terminar el período de transparencia las llaves, si no las tiene ya, irá al hijo de papá. Sí, el típico hijo o hija de papá el cual su progenitor sí podría prestarle el 30% o hasta el 100% para que se compre el piso que quiera, pero sabemos que los ricos no son ricos porque sí, sino porque explotan, estafan y consiguen ofertas que uno de a pie no. Y es por eso que el 10% de la riqueza sigue concentrada en el mismo lugar putrefacto creando diferencia, precariedad y odio.

Y mejor no hablar de los becarios, gente totalmente preparada para ser director general de una empresa pero que está relegado a hacer fotocopias o el trabajo del jefe aunque siempre cobrando como becario. ¿Qué hará esta gente? ¿Vivir el resto de su vida con sus padres? ¿Compartir piso eternamente?

"Joven de 85 años busca compañeros de piso, 3 habitaciones, 2 wc's, cuidador/a que prepara la medicación semanal, wifi, ascensor, tenemos un balcón que da a las obras y que entretiene mucho, a 5 minutos del hogar del jubilado"

Se necesita una intervención del precio de la vivienda al igual que se precisa de una intervención para la regulación del precio del medicamento, aunque podríamos estar horas y horas hablando de farmacoeconomía y de las múltiples estrategias para disminuir el gasto sanitario sin prostituir el medicamento. Creo sinceramente que el gobierno tiene dinero de sobras para crear nuevos núcleos de población, ciudades diseñadas para respetar el medio ambiente y, regalarlas, por una vez en su vida, a alguien que se haya esforzado y estudiado. Igual que existen los influjos que empeoran las zonas, por ejemplo, una inmigración masiva con gente de bajo nivel socio-cultural/sanitario, un influjo de personas con alto nivel socio-cultural/sanitario puede mejorar una zona. Pero eso es ir contra gradiente, porque igual que ocurre con las concentraciones y la Segunda Ley de Fick (de más concentración a menos concentración), cuando se trata de buscar vivienda se va de menos nivel a más nivel y para que unas personas tan preparadas decidan ir a vivir a una zona muy poco atractiva se les tienen que presentar muy buenas condiciones, como por ejemplo, vivienda gratuita y asegurar que miles de personas como ellos van a mudarse al lugar, en vez de un gueto se formaría un núcleo de influencia positiva a la vez que se reactivaría la economía de la zona. También serviría para que la gente que repite hasta la saciedad que estudiar no sirve de nada, pues bueno, quizás sería una forma de "si estudias tienes vivienda pagada por el gobierno". No como hasta ahora, que parece que todas las ayudas y cosas mal llamadas "gratis", porque en realidad las pagamos con nuestros impuestos (no son gratis, las pagamos todas) van a parar en manos de quien peor sabe gestionarlas (mejor no plantearse cuánto dinero en ayudas infantiles ha ido a parar a burdeles o en comprar la tele de plasma más grande que encontraran en la tienda).

Hace poco escuché "Ah, creo que uno de los últimos atentados de los sindicatos desencadenó en una jornada semanal de 40h y un máximo de 8h diarias". Mal nos pese, los que están en el poder sólo ceden ante algo que el dinero no puede comprar: la vida. Porque por mucho dinero que tengas, si alguien te quita la vida, no hay medio posible para devolvértela. Pasó en la revolución francesa, en la rusa, en las luchas sindicales... La historia enseña que sin el uso de la fuerza y la violencia la clase trabajadora (baja, media o lo que sea) no consigue nada. Lo cual es lamentable y debería hacer sentir vergüenza a cualquier persona con un atisbo de cultura/educación/civilización, que en pleno s.XXI sigamos igual que hace siglos y en el que parece que la única solución es formar un ejército como el de Atila y arrasar todo lo que se encuentre por el camino (según dicen, no crecía ni la hierba después de que pasara este señor, así pues, sería muy conveniente soltarlo en el parlamento y en dónde se concentra la riqueza, aunque no sé si la destrucción de los servidores del BCE o de un paraíso fiscal con un mazal arreglaría algo...).

Atila y sus hunos invadiendo Italia, por Ulpiano Checa (1887).