miércoles, 4 de noviembre de 2015

Si uno gana dinero honradamente, no puede comprar un piso

Por supuesto, no hablamos de un piso o casita en una aldea o pueblo perdido, no, hablamos de comprar un piso en la urbe (Madrid, Barcelona...). "Nueva promoción, desde 600.000€" y puede ser un piso de 70 m^2. Vamos, un esperpento de escenario para las parejas jóvenes que consiguen trabajo fijo a 40h (que abunda mucho contrato fijo a jornada parcial) de menos de 30.000€/año. No, sé, creo que no hace falta ser un gran matemático para ver que las cifras salariales no encajan con las de la vivienda y, señores, el salario mencionado es el de una persona licenciada muy bien pagada porque, por desgracia, el mercado hoy en día se mueve en 18-25.000€/año, brutos por favor, no vaya alguien a pensarse que estamos comentando en neto. Para una pareja que hasta consiga reunir 4000 euros netos al mes, sé que muchos se echarán las manos pensando "...pero, ¡qué pareja gana ese dinero!...", pues las hay, pero hasta incluso para ellos es imposible acceder a una vivienda porque el banco pide el 30% en efectivo. Eso cuando el piso ofertado existe o se puede visitar, porque los precios se mantienen hasta en pisos ofrecidos en páginas web de bancos y el supuesto período de transparencia no existe, porque cuando un banco quiere venderle el piso a buen precio al hijo de un director o a un muy buen cliente en una zona decente, lo que hace es que durante el período de transparencia las llaves no existen por lo que todo el mundo que quiera visitar el inmueble no podrá hacerlo y... nada más terminar el período de transparencia las llaves, si no las tiene ya, irá al hijo de papá. Sí, el típico hijo o hija de papá el cual su progenitor sí podría prestarle el 30% o hasta el 100% para que se compre el piso que quiera, pero sabemos que los ricos no son ricos porque sí, sino porque explotan, estafan y consiguen ofertas que uno de a pie no. Y es por eso que el 10% de la riqueza sigue concentrada en el mismo lugar putrefacto creando diferencia, precariedad y odio.

Y mejor no hablar de los becarios, gente totalmente preparada para ser director general de una empresa pero que está relegado a hacer fotocopias o el trabajo del jefe aunque siempre cobrando como becario. ¿Qué hará esta gente? ¿Vivir el resto de su vida con sus padres? ¿Compartir piso eternamente?

"Joven de 85 años busca compañeros de piso, 3 habitaciones, 2 wc's, cuidador/a que prepara la medicación semanal, wifi, ascensor, tenemos un balcón que da a las obras y que entretiene mucho, a 5 minutos del hogar del jubilado"

Se necesita una intervención del precio de la vivienda al igual que se precisa de una intervención para la regulación del precio del medicamento, aunque podríamos estar horas y horas hablando de farmacoeconomía y de las múltiples estrategias para disminuir el gasto sanitario sin prostituir el medicamento. Creo sinceramente que el gobierno tiene dinero de sobras para crear nuevos núcleos de población, ciudades diseñadas para respetar el medio ambiente y, regalarlas, por una vez en su vida, a alguien que se haya esforzado y estudiado. Igual que existen los influjos que empeoran las zonas, por ejemplo, una inmigración masiva con gente de bajo nivel socio-cultural/sanitario, un influjo de personas con alto nivel socio-cultural/sanitario puede mejorar una zona. Pero eso es ir contra gradiente, porque igual que ocurre con las concentraciones y la Segunda Ley de Fick (de más concentración a menos concentración), cuando se trata de buscar vivienda se va de menos nivel a más nivel y para que unas personas tan preparadas decidan ir a vivir a una zona muy poco atractiva se les tienen que presentar muy buenas condiciones, como por ejemplo, vivienda gratuita y asegurar que miles de personas como ellos van a mudarse al lugar, en vez de un gueto se formaría un núcleo de influencia positiva a la vez que se reactivaría la economía de la zona. También serviría para que la gente que repite hasta la saciedad que estudiar no sirve de nada, pues bueno, quizás sería una forma de "si estudias tienes vivienda pagada por el gobierno". No como hasta ahora, que parece que todas las ayudas y cosas mal llamadas "gratis", porque en realidad las pagamos con nuestros impuestos (no son gratis, las pagamos todas) van a parar en manos de quien peor sabe gestionarlas (mejor no plantearse cuánto dinero en ayudas infantiles ha ido a parar a burdeles o en comprar la tele de plasma más grande que encontraran en la tienda).

Hace poco escuché "Ah, creo que uno de los últimos atentados de los sindicatos desencadenó en una jornada semanal de 40h y un máximo de 8h diarias". Mal nos pese, los que están en el poder sólo ceden ante algo que el dinero no puede comprar: la vida. Porque por mucho dinero que tengas, si alguien te quita la vida, no hay medio posible para devolvértela. Pasó en la revolución francesa, en la rusa, en las luchas sindicales... La historia enseña que sin el uso de la fuerza y la violencia la clase trabajadora (baja, media o lo que sea) no consigue nada. Lo cual es lamentable y debería hacer sentir vergüenza a cualquier persona con un atisbo de cultura/educación/civilización, que en pleno s.XXI sigamos igual que hace siglos y en el que parece que la única solución es formar un ejército como el de Atila y arrasar todo lo que se encuentre por el camino (según dicen, no crecía ni la hierba después de que pasara este señor, así pues, sería muy conveniente soltarlo en el parlamento y en dónde se concentra la riqueza, aunque no sé si la destrucción de los servidores del BCE o de un paraíso fiscal con un mazal arreglaría algo...).

Atila y sus hunos invadiendo Italia, por Ulpiano Checa (1887).







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