lunes, 28 de diciembre de 2015

Carta a la peor compañera de trabajo

Querida Niña de Misa de 12,

Lo primero que quiero decirte es que has sido la peor compañera que yo jamás he tenido en la historia, peor que cuando era estudiante en la universidad y tuve mi primer empleo en un famoso sitio de hamburguesas y una de las chonis que trabajaba allí (que se quedó embarazada del jefe para obligarlo a dejar a su novia) me hacía la vida imposible por pura envidia. Y digo peor porque esa chica no tenía estudios ni educación, en cambio, tú te has criado en la parte noble de la ciudad, has recibido educación cristiana en un colegio de pago y has pisado la universidad, juntando todas estas piezas cabría esperar que tuvieras algo más de educación que aquella choni pero en el fondo eres igual de pobre que ella, aunque tú, por elección, ya que has tenido todo a tu favor para formarte como persona.

Además de darme vergüenza como compañera, también me das vergüenza como profesional, no tratas a la gente con respeto, no tienes paciencia alguna con los ancianos y contestas a los clientes cosas como "esto tal cual lo aprobé, lo olvidé"; lo cual dice mucho de tu forma de ser: vaga, muy vaga, sin vocación alguna y explica ese culo de crianza que te acompaña. Ya sé que moldear ese culo te ha costado horas y horas de vaguería, de hacer todo lo posible por estar sentada y, pese a que siempre estás de dieta, siempre te veo comer, sé que te esfuerzas mucho por mantener ese pandero. Si por lo menos esas horas que estás sentada delante del ordenador, con la excusa de darle likes a la página de la empresa pero cotilleando todos los perfiles como buena maruja, estuvieras formándote no te diría nada, pero es que hasta he tenido que pasarte las respuestas del examen para capacitarte en el cribado de cáncer de colon: ¡hasta para eso has sido vaga!

Me ha agotado ver como te has pasado horas y horas solucionando problemas personales en el móvil en horas de trabajo, las video llamadas de whatsapp con tus sobrinas, las idas y venidas con tu exnovio y tu amante guardia civil, me has contado cosas que jamás quise escuchar respecto tu vida privada y de tu ciclo menstrual que poco tienen que ver con el trabajo que se iba a acumulando por momentos. Me he cansado de tu "buena organización gracias a la moto que te permite hacer 1000 cosas" ya que en verano, tu vida ha consistido en ir a la playa a tomar el sol como buena lagarta que eres, llegar justa al cambio de turno y comer dentro de la empresa porque "no te había dado tiempo". Curioso que el resto de tus compañeros que tienen el mismo horario y que van en transporte público les da tiempo a hacer de todo y llegar comidos a la empresa. ¿Cómo no vas a decir que el jefe es el mejor jefe del mundo si te ve hablando por el móvil más de quince minutos delante de sus narices y no te llama la atención? 

Me he cansado de escucharte decir que eres católica practicante y buena cristiana, cuando has sido la peor de las compañeras, tienes por bandera la vaguería y el egoísmo pero, ante todo, eres mala e hipócrita. Y, sobretodo, necesitas ver mundo, porque vivir en la zona noble de Barcelona no es ser pobre y una farmacia en Pau Claris no es una farmacia de barrio, eso es algo que tú jamás has conocido, porque no va en tu persona el altruismo que caracteriza a todos los cristianos, el ayudar sin esperar nada a cambio más que el bien en la otra persona, eso se hace a diario en las farmacias de barrio, dónde se encuentran todos los viejecitos que odias atender, porque sabemos que lo que más te gusta es vender cremas y papillas como una cajera de supermercado, y, bien pensado, te pareces mucho a la choni de la hamburguesería, porque tu modus operandi consiste en hacerlo sin condón para que tu exnovio tome responsabilidades y se case contigo: aunque hayas nacido en la parte noble eres como la choni que se quedó embarazada del jefe para robárselo a la otra.

Y me pregunto cómo puede ser que tras años y años de ir a misa, de leer el evangelio... No hayas entendido absolutamente nada, que te redimas a repetir y repetir sin comprender, sin pensar. Y, lo peor de todo, me das pena, porque aunque siendo mala persona, siento pena por ti porque no tienes dignidad, porque no tienes amigos de verdad y porque la gente ve  mucho más de lo que piensas y sabe lo que eres: una farisea.

Te doy las gracias, porque de no ser por ti, no me habría dado cuenta de lo inmensamente rica que soy.

Espero que algún día se te caiga la venda de los ojos y veas las cosas como yo.

Atentamente,


Una compañera a la que has hecho la vida imposible hasta el día de hoy por envidia, pero que ya no verás más porque, a diferencia de ti, puede conseguir trabajos mejores.


PD: sabes que tu exnovio te ofrecería el aborto y no un anillo de compromiso, así que no juegues con fuego, porque quien lo hace, se acaba quemando.




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