Cuentos de Marketing: Capítulo 3 La comida de dieta

Vivimos en una época que hasta la mujer que pesa menos de 50kg se siente gorda en alguna parte de su cuerpo. Y, cómo no, en este siglo de cuerpos casi imposibles sin dietas, depilaciones láser, chapa y pintura (claro ejemplo viral de Shiseido dónde chicos se transforman en chicas, doy gracias al macho ibérico que hace imposible esta transformación aquí en Spañistán) y, por supuesto, altas dosis de photoshop que hacen que cualquier parecido con la realidad sea ciencia ficción.

Y aquí tenemos dispuestos a los de marketing a engatusarnos con uno de sus productos estrella: los alimentos de dieta. Sí, que los de marketing no crean necesidades, las identifican (0000000000000). De nuevo, mis carcajadas se escuchan a lo largo y ancho de la muralla China. ¿Quién manda mensajes mediante la publicidad? ¿Quién envenena a toda persona desde que tiene capacidad de ver la televisión, marquesinas y revistas? Publicidad, una rama del marketing. Hay diversos ejemplos de cómo el marketing ha creado necesidades de la forma más rocambolesca, pero nos toma el pelo y nos la cuela diciendo que ellos no crean necesidades sino que simplemente las identifican. Si en un máster de marketing se te ocurre decir que ellos crean necesidades tienes un suspenso al canto, me imagino que lo que te enseñan en el máster es que hay que mentir desde el minuto cero para dedicarse al marketing y que si crees en decir la verdad, pues, mejor te dediques a otra cosa. Y, la verdad, todos los gurús del marketing me parecen unos auténticos charlatanes, con gran capacidad de embauco, pero, a fin de cuentas, unos charlatanes.

Ejemplo de creación de necesidad rocambolesca: "La depilación de axilas". En resumen: baile en el que se levantan los brazos + Cambio de moda en el que se presentan vestidos sin manga -) Siguiente imagen:

No, el marketing no crea necesidades tal y 

como vemos en esta figura. Extraído de: http://goo.gl/vAxpB9)

Bien, ya ha quedado claro que el marketing crea necesidades mediante cualquier tipo de artimaña, ahora, nos centraremos en todas las jugarretas que nos hacen a nivel de composición en los alimentos de dieta.

¿Alguien ha probado los cereales de dieta de una famosa marca con un gallo de logo? Los pruebas y dices, madre mía, qué buenos, están súper dulces, pero bah, como son de dieta, voy a ponerme doble bol que ya demasiado esfuerzo he hecho comiéndome una ensalada para comer. ¡Cuidado que te la meten doblada! Miras la composición y resulta que para que esos cereales se llamen "de dieta", lo único que tienen es un raquítico aporte más de fibra y... ese sabor tan dulce viene de que, en realidad, tienen más azúcar que los normales. Sí gente, los cereales de dieta tienen más azúcar que los normales.

"Bueno, pero las tortitas de arroz y similares son buenísimas para la dieta..." dirán algunos, bueno, las más buenas tienen 75-80 kcal (un croissant tiene aproximadamente 400 kcal), tortitas de arroz con sabor yogur (miras la composición y lo que tienen es una cobertura de chocolate blanco (grasa pura) y aromatizantes). Y, con lo buenas que están, a ver quién es el menda que sólo se come 2 tortitas. Mínimo se peca con 4 tortitas (el paquetito lleva 6) 4*80= casi igual que comerte un croissant.

Examinad los productos de dieta y os sorprenderéis de como nos la cuelan por todos lados, cuando en realidad lo que hay que hacer no es comprar productos de dieta, sino ir a un nutricionista titulado (ya sea nutricionista, farmacéutico o médico con máster en nutrición...) y corregir nuestros hábitos alimentarios. Nada de dietas milagro ni que nos vendan sucedáneos o sustitutivos de la dieta, no, aprender a comer sano y, si es preciso, reducir el aporte calórico de nuestra dieta más hacer ejercicio para adelgazar paulatinamente en caso de que nos sobren unos kilos. Comer sano es mucho más barato de lo que la gente se piensa y se puede prescindir de todos esos productos de dieta.

Y, colorín colorado, si a los de marketing has hecho caso, 10 kg habrás ganado.